Estas expresiones culturales se describen como bienes, productos o servicios culturales vinculados a diferentes sectores productivos y comercializables entre los que destacan: industria editorial, industria del cine, industria de televisión, industria de la radio, industria discográfica, industria de contenidos para celulares, producción musical independiente, producción audiovisual independiente, contenidos para Web, industria de los juegos electrónicos y contenidos producidos para la convergencia digital o cross media.
Las industrias culturales o del contenido, como suele conocerse a este sector, están transformando el mapa global gracias al impacto que tienen en las economías nacionales de los países desarrollados y en vías de desarrollo. Igualmente son fundamentales por su valor como vehículo de transmisión de contenidos que favorece el diálogo y la cohesión social. El valor de la creatividad, de la innovación y de la cultura como transmisor de conocimientos son claves para comprender la Convención. Ésta es la más reciente en el ámbito de la cultura y ha sido ratificada hasta la fecha por 135 países. Más allá de su concreción en la promoción de la diversidad de las expresiones culturales, la Convención alienta a los gobiernos a establecer políticas para la cultura en un contexto y compromiso mundial. En este sentido, la convergencia tecnológica, el acceso a las tecnologías de la información, la libertad de expresión, la igualdad de género, la apertura y equilibrio respecto de otras culturales y sus bienes, productos y servicios culturales, y en general, el desarrollo sostenible son los elementos nuclearse a través de los que se pivotan las acciones y programas que alienta la Convención.
La UNESCO y la ASDI (Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo) firmaron en noviembre de 2014 un acuerdo de cooperación con el programa para el periodo 2014-2017. El acuerdo contempla un proyecto a nivel mundial y local para desarrollar acciones que ayuden a implementar de manera más efectiva la Convención 2005. En concreto, el proyecto prevé la capacitación de los Estados Parte en la elaboración de los Informes Periódicos Cuatrienales. Cuba es uno de los países seleccionados para implementar el proyecto el cual dará comienzo en septiembre del presente año. Con el nombre de
Creación de capacidades para la elaboración de los informes periódicos estipulados en la Convención de 2005 sobre la Protección y la Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales en Cuba, el proyecto prevé la capacitación de funcionarios públicos, gestores culturales y artistas para la elaboración del Informe Periódico Cuatrienal de la Convención 2005 que debe presentar Cuba al Comité Intergubernamental de la Convención en abril de 2016. El proyecto se ejecuta de conjunto entre la Oficina de la UNESCO en La Habana, el Ministerio de Cultura y la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO.
La Oficina de la UNESCO en La Habana desarrolla además otras acciones para la promoción y protección de las expresiones culturales. Destaca el proyecto
Cámaras de la Diversidad que se implementa desde 2004 y que está centrado en la promoción, creación, producción, distribución y acceso a audiovisuales de contenido local. Este proyecto actualmente se enfoca en la promoción de la industria del cine y del audiovisual en el Caribe.
Igualmente desde hace dos años la Oficina está desarrollando un programa nacional en Cuba y en República Dominicana para el
Uso de recursos culturales para la generación de empleo. Este programa incluye el desarrollo de acciones de capacitación para la gestión de recursos culturales de todas las Convenciones desarrolladas por la UNESCO y, en particular, de la Convención 2005 a través del establecimiento de Pequeñas y Medianas Empresas (PYME) vinculadas al sector especialmente por jóvenes y mujeres. En el caso de Cuba, se ha diseñado una primera acción orientada a la elaboración de un
Manual para la capacitación en la creación y desarrollo de emprendimientos culturales. En República Dominicana, la Oficina está trabajando de conjunto con el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) para desarrollar un programa con varias acciones escalonadas gracias al cual se mejoren las capacidades de los gobiernos locales para la promoción de las industrias creativas desde un enfoque de derechos humanos y con el objetivo de generar empleo, especialmente, entre jóvenes y mujeres.