CARTA DE SANTO DOMINGO
Hablamos de cultura como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales, materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o grupo social, englobando las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.
La identidad cultural y la convivencia son experiencias que podemos mostrar y que nos convocan unitarios, diversos y múltiples. Ello nos estimula a articular políticas mensurables y verificables que conduzcan a resultados fecundos, intercambiables a corto, mediano y largo plazo.
La diversidad en América Latina y el Caribe debemos asumirla con la participación real, sin exclusiones. La marginación por razones étnicas, lingüísticas, religiosas, geográficas o de cualquier índole, es un obstáculo esencial para el desarrollo.
La riqueza, la potencialidad y el valor de nuestra cultura constituyen una realidad incuestionable en el mundo. Lo que está en juego son las capacidades para transformar nuestras experiencias y riquezas en prácticas gerenciales que catalicen y sostengan nuestras posibilidades reales de integración.
Por lo tanto, se debe resaltar el respeto, defensa y protección de lo patrimonial, tangible e intangible.
Los pueblos latinoamericanos y caribeños organizamos nuestras formas de convivencia e interacción a partir de nuestra diversidad, a través de las más diversas expresiones culturales que son ya aportes originales a la cultura mundial.
Lo que afirmamos es que existe una práctica y un pensamiento propios de Latinoamérica y el Caribe que hace posible una visión general de las identidades en el contexto de las diferencias y las pluralidades culturales.
El Foro reconoce la necesidad de promover e incrementar la difusión del pensamiento de nuestros forjadores de cultura a los efectos de dar a conocer las raíces y la fuerza de la diversidad de la región.
Reafirmamos nuestra voluntad de consolidar este foro como un espacio para el análisis consensuado para la definición de políticas y estrategias de interés común, para el intercambio de experiencias y recursos, para la concertación de posiciones comunes ante los foros mundiales, y para la cooperación horizontal.
La cultura es la base de todo desarrollo y debemos propiciar el fortalecimiento de sus industrias culturales como fuentes productoras de riqueza, bienestar y calidad de vida.
Subrayamos que este XII Foro reconoció la necesidad de avanzar hacia formas superiores de cooperación y hacia una integración basada en el respeto irrestricto a la diversidad.
Finalmente, los Ministros y Responsables de Políticas Culturales reconocen la importancia de los Organismos Internacionales en el financiamiento de las actividades culturales que contribuyan al desarrollo de nuestros países, al tiempo que hacen un llamado a que dichos organismos incrementen su cooperación en esta área.
Santo Domingo, 24 de marzo del 2001. |