Los Ministros de Cultura y Encargados de Políticas Culturales reunidos en Puerto Príncipe, Haití, los días 3, 4 y 5 de diciembre de 1999, acordaron como temas de reflexión durante el desarrollo del XI Foro, la vinculación entre economía y cultura, cooperación cultural y desarrollo y los aportes y desafíos de las nuevas tecnologías para el desarrollo cultural.
Las relaciones entre los países de América Latina y el Caribe, se han caracterizado a lo largo de su historia por profundos lazos de cooperación, apoyo recíproco y solidaridad.
Por ello ratificaron la importancia del Foro como espacio privilegiado para fortalecer estos vínculos.
Asimismo, en el marco del XI Foro, los Ministros de Cultura y Encargados de Políticas Culturales de la región del Caribe, sostuvieron una reunión en la Citadelle en la cual se reafirmó el compromiso para el desarrollo de la región, el fortalecimiento de sus identidades culturales y la participación activa de todas las naciones. Sus recomendaciones formarán parte integral de la Declaración del Foro.
Los participantes en el XI Foro, reconocieron que en los últimos años se ha avanzado en la reflexión de los vínculos entre la economía y la cultura. El sector cultural tiene un peso específico en las economías nacionales que se expresa en la generación de empleos y la producción de importantes bienes y servicios. De ahí la trascendencia de cuantificar su impacto en las economías nacionales y de que el sector cuente con los apoyos y estímulos necesarios que garanticen su consolidación.
Frente al próximo milenio, la región debe asegurar el papel central de la cultura en las agendas políticas y económicas de nuestros países. De igual manera, debe fortalecer el componente cultural en los procesos de desarrollo y ampliar nuestra capacidad como productores y exportadores de bienes y servicios culturales.
Para el cabal cumplimiento de estos objetivos se impone una cooperación cultural, que tomando en cuenta las especificidades de la región, permita estimular la consolidación de la economía de la cultura en nuestros países.
De igual manera, los Ministros de Cultura y Encargados de Políticas Culturales acordaron favorecer la promoción de las industrias culturales dentro de las estrategias del desarrollo sostenible. Para ello, los estados nacionales deben orientar recursos financieros al sector, estimular nuevas inversiones por parte del sector privado en este campo, e instar a los organismos internacionales y de financiamiento a la creación de programas específicos dirigidos a las industrias culturales.
El Foro enfatizó que las industrias culturales de América Latina y el Caribe son, y deben seguir siendo, fuentes generadoras de empleo y desarrollo social en la región. Por lo tanto, es necesario que los protocolos internacionales garanticen la libre circulación de bienes y servicios culturales, fortaleciendo las políticas de derecho autoral, asegurando la diversidad cultural y estimulando los mecanismos dirigidos a combatir la piratería.
El XI Foro de Ministros de Cultura y Encargados de Políticas Culturales de América Latina y el Caribe acordó:
1. Activar mecanismos de cooperación e integración que permitan mantener y desarrollar la productividad de las industrias culturales de la región y que estas sean tratadas en su especificidad en los foros correspondientes.
2. Apoyar y promover en forma decidida los estudios regionales relacionados con el aporte de las industrias culturales a la economía, como los que actualmente se están desarrollando en Colombia con el Convenio Andrés Bello y el CARICOM.
Estos estudios deben potenciar las capacidades de participación de los países miembros del Foro en las negociaciones comerciales internacionales relativas a los temas culturales.
3. Impulsar de manera decisiva la puesta en marcha de programas de formación de recursos humanos en las áreas relacionadas con las industrias culturales.
4. Promover y fortalecer el desarrollo y consolidación de los sistemas nacionales de información cultural como etapa previa indispensable para la puesta en marcha del SICLAC.
5. Continuar con los programas regionales en los campos de la preservación del patrimonio cultural, destacando la importancia de llevar a cabo los seminarios previstos para especialistas y técnicos.
6. Impulsar los programas regionales en el campo del turismo cultural y dar una mayor dinámica al trabajo intersectorial.
7. Desarrollar una agenda de cooperación cultural a largo plazo que permita ampliar los campos para el trabajo conjunto, estableciendo nuevas coordinaciones regionales. Esta agenda será preparada por la República Dominicana como parte de los trabajos del XII Foro de ministros de Cultura y Encargados de Políticas Culturales de América Latina y el Caribe en el 2000, cuyo tema será Comunicación y Cultura.
Finalmente, los Ministros de Cultura y Encargados de Políticas Culturales de América Latina y el Caribe reafirmaron su voluntad de trabajar conjuntamente frente a los retos, desafíos y oportunidades que la globalización presenta para la diversidad cultural de la región, garantizando de esta forma el mejoramiento de la calidad de vida de nuestros pueblos.
Recomendaciones de la Citadela
La cultura es el fundamento esencial de todo agrupamiento humano. La misma constituye la base de la interacción y de la intercomunicación entre los diferentes actores con vistas a realizar acciones sobre sí mismos y sobre el mundo para transformarlo, de ahí que abarque lo político, lo económico y lo social.
La cultura consiste en la totalidad de las herramientas materiales e inmateriales, obras de arte, pericia, lenguas, formas de pensar, comportamientos y experiencias acumuladas por los pueblos en sus esfuerzos de emancipación, por dominar la naturaleza y edificar una sociedad basada en el respeto de los derechos de la persona.
La cultura caribeña encuentra su fundamento en la creatividad de su pueblo, el cual no ha cesado nunca de manifestar su inventiva, de expresar su originalidad.
De todos los campos de la cultura, de las artes y de las lenguas se desprende una visión del mundo que traducen nuestras identidades culturales.
Las políticas culturales del Caribe deben ser elaboradas teniendo como base la preservación y el enriquecimiento de nuestras identidades culturales.
Las acciones de desarrollo deben encontrar su expresión en la toma de consideración de la dimensión cultural que debe dar sentido a los proyectos y programas de desarrollo.
Los Estados del Caribe deben emprender estudios y realizar investigaciones sobre el impacto de las actividades culturales en el desarrollo y crecimiento de nuestras economías.
Las acciones en el campo de la promoción de las identidades culturales deben tener como finalidad la preservación y valorización de nuestro patrimonio cultural, la producción y difusión de los bienes y servicios culturales, las manifestaciones culturales altamente significativas y el apoyo a los medios de información y comunicación.
Las políticas culturales de los Estados del Caribe deben tener por objetivo montar dispositivos que permitan a los productores culturales caribeños ser competitivos en el mercado cultural mundial.
La cooperación intercultural debe estar fundamentada en una mejor comprensión de las culturas del Caribe, que a la vez requieren estar unidas para reforzar su competividad en el mercado mundial.
A través de la cultura, los pueblos del Caribe han sabido siempre adaptarse e insertarse a todas las coyunturas mundiales. En esta nueva coyuntura marcada por la mundialización, es decir, la sumisión a las leyes del mercado, es importante establecer un plan de defensa diseñado por nuestros creadores, portadores de obras humanamente universales.
Viernes, 3 de diciembre de 1999. |