Somos una admirable cultura de síntesis, uno de los conglomerados humanos culturales más ricos del mundo, con todas las condiciones para preservar nuestra diversidad y nuestra riqueza frente a la globalización que pretende disolver las beneficiosas diferencias entre los pueblos.
Enfrentamos procesos de homogenización que tienden a dañar nuestra memoria y a desdibujar aquello que nos define como latinoamericanos y caribeños. Tenemos ante nosotros un desafío cultural de enormes proporciones.
Queremos que sea respetada nuestra voz, que aquellas sabidurías históricamente subyugadas encuentren un espacio para expresarse y dejar su aporte inapreciable, su visión del mundo y del hombre en armonía con la naturaleza.
Afirmamos la necesidad de garantizar en nuestros países el derecho social a la cultura y de establecer lazos de unión y solidaridad entre nosotros a partir de la consolidación de las identidades nacionales.
Sentimos profundamente la urgencia de acercarnos y compartir nuestras identidades para superar el evidente aislamiento en que actualmente nos encontramos.
Resulta indispensable abordar, con imaginación y audacia, las circunstancias que actualmente gravitan sobre la Región en los órdenes político, económico, social y cultural, y transformar nuestro espacio vital en un escenario en el cual el pleno ejercicio de la creatividad, y su disfrute, esté en el centro de la definitiva y verdadera libertad.
Esencial para ello es el. intercambio de experiencias, útiles para fortalecer nuestras políticas culturales y para dar cauce a los anhelos de expresión de los pueblos latinoamericanos y caribeños.
En este encuentro hemos allanado el camino en torno de varios objetivos, como la disolución de las barreras del idioma y la creación de mecanismos para la difusión de la información cultural de la Región. Subrayamos, sin embargo, nuestra impaciencia por mejorar los resultados del Foro.
Nuestro patrimonio cultural, concebido como aquello que una comunidad ha desarrollado históricamente, nos identifica y construye como únicos y diferentes de los demás pueblos.
El patrimonio es un proceso creativo, dinámico y multidimensional, a través del cual se fundo, protege, enriquece y proyecta la cultura de una sociedad en función de su crecimiento integral.
Muchos acuden a nuestros países en busca de la antigua y siempre nueva diferencia que nos caracteriza y es precisamente uno de los más preciosos dones que podemos entregar a la humanidad. Esta curiosidad hacia nuestras culturas, nos obliga a diseñar medidas conjuntas que aseguren el respeto a la diversidad, la preservación del patrimonio y el vínculo imprescindible entre cultura y desarrollo.
Tenemos el deber de poner en marcha las políticas necesarias, de encontrar los mecanismos más aptos para que nuestras aspiraciones de hoy, sean lo más pronto posible realidades compartidas por todos. Con ello, responderemos al compromiso que los gobiernos han asumido para crear las condiciones de pleno desarrollo integral de nuestras comunidades.
Hoy, los Ministros y Responsables de Políticas Culturales reunidos en este IX Foro, reiteramos nuestro compromiso con este ideario. |