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Los Kayapó: El cuerpo como joya de culto indígena en Brasil |
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Mujeres en el Baile de las Guacamayas Foto de Antonio Briceño |
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Encuentro en el marco del II Salón Nacional de Orfebrería con el destacado fotógrafo Antonio Briceño, sobre el Baile de las Guacamayas, fiesta de los indígenas brasileños Kayapó
29 octubre 2007/ Museo de Arte Contemporáneo, Venezuela
"Los Kayapó son los indígenas más hermosos que he visto. Son muy altos, con porte de guerreros y con un afición extrema por la estética y el arreglo corporal. Siempre están pintados, las mujeres con la parte central del cráneo rapado y siempre, todos, con pulseras y collares de mostacillas", escribe Antonio Briceño en una suerte de carta de despedida de la comunidad de A´Ukre, en Brasil, un lugar que pudo visitar después de 10 años de intensa y agotadora empresa.
Es sobre las imágenes tomadas durante esa estadía que tratará la presentación de Antonio Briceño, en el marco de las actividades paralelas del II Salón Nacional de Orfebrería, una confrontación organizada por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura de la Repúbilca Bolivariana de Venezuela, a través del Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio (IARTES). El encuentro con el fotógrafo se llevará a cabo el 1º de noviembre en el Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez.
Las imágenes que serán proyectadas registran, a manera de interesante e inusual crónica, la ceremonia de Bemp, en la que se asignan nombres importantes a ciertos niños. Dura aproximadamente 15 días. Explica el artista: "Los primeros tres días hubo danzas muy bellas en las que los Kayapó mostraban sus increíbles diseños de pintura. Después salieron casi todos los hombres de la comunidad a una expedición de pesca que duró una semana. Yo estaba impaciente, pues nunca había certeza de cuándo sería la fiesta final. Todas las danzas previas eran nada comparadas con la gran fiesta final, que ocurriría tres días después que regresaran los hombres de pescar".
"Los días pasaron –continúa Antonio Briceño–, los hombres llegaron y la fiesta fue ocurriendo, con sus múltiples ritos y ceremonias, cada vez más exuberantes y coloridos. El día final, al atardecer comenzó el Baile de las guacamayas. Aparecieron desde todos los rincones de la comunidad los danzantes, que iban a reunirse en las dos casas contiguas en donde estaban los cuatro niños esperando por sus nombres. Era insólita la vestimenta, el colorido. No había un centímetro de sus cuerpos sin decoración. Las pinturas corporales para esta fiesta eran las más perfectas, filigranas simétricas que los vestían de la cara a los pies, en ese color negro azulado. En sus caras y pies, además, la decoración la completaba el rojo del onoto. Tenían múltiples collares y pulseras de mostacillas, y grandes zarcillos, brazaletes y tocados de plumas de guacamayas".
"Era increíble tanta belleza. Pero además, caminaban con una solemnidad desconcertante, iban lentamente, como príncipes y princesas, serios, pausados y se iban reuniendo en ambas casas. Afuera, en la plaza, los otros hombres y mujeres que no danzarían se reunían haciendo otros ritos paralelos. Hasta que llegó el momento. Sobre un gran círculo demarcado en el piso de la plaza, se colocaron los 40 danzantes, en fila. Bajo dos grandes techados de palmera estaban sentados los cuatro niños. Estos estaban completamente recubiertos de plumas de perico y loro, eran como los pichones. Entonces los danzantes comenzaron a patear rítmicamente el suelo, el sonido de sus sonajas, atadas a los pies, era cada vez más fuerte. Hasta que el primero de la fila abrió sus alas plenas de plumas y comenzó a avanzar, simulando el grito de las guacamayas, seguido por los demás. Así avanzaban, se detenían, comenzaban a sonajear y arrancaban de nuevo. Las guacamayas del pueblo gritaban".
"Al amanecer, los danzantes, llegado el momento, se detuvieron, se voltearon hacia las casas de los niños y súbitamente, salieron corriendo gritando hacia éstas. Entonces quedó todo en silencio, y en ambas casas, las ancianas dieron los nombres a los niños-periquitos".
Más información sobre el artista en las páginas www.antoniobriceno.com / www.antoniobriceno.com.ve
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Información Relacionada: Políticas Culturales |
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