En el ámbito de la neurociencia, la realidad ya supera la ficción.
¿Quién hubiera imaginado que un día sería posible implantar recuerdos falsos en el cerebro de un animal o dictar un texto a un ordenador con el pensamiento? Hoy en día, eso ya es realidad y esta revolución tecnológica no ha hecho más que empezar.
Esos adelantos son prometedores cuando permiten hallar nuevos tratamientos para patologías mentales o neurológicas, o cuando proporcionan a un paciente parapléjico la posibilidad de comunicarse y recuperar cierto grado de movilidad.
Pero los interrogantes éticos que plantean las neurociencias son tan importantes como las esperanzas que suscitan. Y esto resulta aún más evidente cuando su ámbito de aplicación va más allá del ámbito sanitario para aplicarse al marketing, a la educación o a los juegos de vídeo.
Vea más sobre este apasionante tema en el Correo de la UNESCO No. 1 de 2022: ESPAÑOLENGLISHFRANÇAIS