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El Caribe necesita cultura, especialmente en tiempos de incertidumbre y crisis

20 mayo 2021/Oficina de la UNESCO en Kingston

Con sus coloridos espectáculos y mascaradas tradicionales, que incluyen Jab Jab, Fancy Indians, Moko Jumbie, el Carnaval de Trinidad y Tobago se considera el más grande y brillante de la subregión del Caribe y atrae a miles de visitantes internacionales cada año. En 2019, Puerto España fue nombrada Ciudad de la Música por la UNESCO. Esto ha creado una oportunidad durante todo el año para que artistas, músicos y emprendedores promuevan el arte de la música y la cultura como factor impulsor del desarrollo urbano sostenible.

En 2020 todo fue diferente. Se incluyeron en la agenda medidas restrictivas de distanciamiento social, prohibiciones de viaje y cierres en todas las islas para contener la propagación del virus COVID-19. En 2021 se suspendió el Carnaval. Esto privó a los trinitenses de uno de los eventos sociales más importantes y una gran parte de la industria cultural local perdió ingresos y medios de vida.

‘Estás tan ocupado con el placer que no ves el nivel de empleo. Eso pudiera haberles salvado la vida cuando piensas que esto los destruiría.’ En su último éxito 'Heart Of The People', el artista local de soca Bunji Garlin lo dedica a los proveedores de servicios informales que se ganan la vida durante la temporada de carnaval.

Muchos artistas y creadores, especialmente aquellos que trabajan en la economía informal o por conciertos, ahora no pueden llegar a fin de mes, y mucho menos producir nuevas obras de arte. Los bailarines, músicos y organizadores de eventos tuvieron que reinventarse para crear su arte comercializable en línea o poner su creatividad en espera, hasta el momento “después del corona”. Las instituciones culturales y las organizaciones de eventos están perdiendo millones en ingresos. La devastación ocasionada a toda la cadena de valor de la cultura tendrá un impacto duradero en la economía creativa.

Más que nunca, necesitamos la cultura

La cultura y la creatividad son esenciales para desarrollar la resiliencia de las comunidades caribeñas; esto se vuelve aún más cierto en tiempos de crisis, cuando miles de millones de personas están físicamente separadas unas de otras. En momentos de enorme ansiedad e incertidumbre, la cultura brinda consuelo, inspiración y esperanza, la cultura une a las personas. Desde el inicio de la pandemia, las campañas en las redes sociales como #ShareCulture y #ResiliART exhortaron a los profesionales de la cultura de todo el mundo a publicar su arte en línea. Los artistas pudieron conectarse, animarse unos a otros, compartir su arte y, a su vez, un poco de esperanza y espíritu comunitario.

“El COVID-19 ha puesto de relieve, como suelen hacer las crisis, la necesidad de la cultura para las personas y las comunidades. Sin embargo, incluso cuando confiamos en la cultura para superar esta crisis, la cultura también está sufriendo.”
Ernesto Ottone, Subdirector General de Cultura de la UNESCO

Mientras el mundo trabaja para abordar el peligro inmediato del COVID-19, es imperativo implementar medidas para apoyar a los artistas y el acceso a la cultura, tanto a corto como a largo plazo.

Necesitamos trabajar para garantizar que la cultura sea accesible para todos y que toda la diversidad de las expresiones culturales de la humanidad pueda florecer, tanto en línea como fuera de línea. Precisamos alentar a los países a garantizar que los artistas puedan acceder a los mercados mundiales y recibir una remuneración justa por su trabajo. Dado que una quinta parte de los empleados en ocupaciones culturales trabajan a tiempo parcial y, a menudo, de forma contractual, independiente o intermitente, debemos repensar los marcos laborales y de protección social que rodean a los artistas para tener en cuenta las formas únicas en que los artistas trabajan. Necesitamos asegurarnos de que se respeten los derechos económicos, sociales y humanos de los artistas y creadores. Esto incluye su derecho a la libre expresión y la protección contra la censura.

Necesitamos dotar a los jóvenes profesionales de la cultura de las habilidades necesarias para el emprendimiento creativo. Necesitamos promover intercambios culturales entre los artistas caribeños y los mercados internacionales para promover los bienes culturales caribeños, establecer un intercambio de conocimientos interregional y aprovechar las lecciones aprendidas de otras regiones.

Necesitamos salvaguardar el patrimonio cultural y el medio ambiente del Caribe a la vez que apoyamos al sector turístico. Necesitamos un ecoturismo sostenible que permita al visitante descubrir los recursos culturales del Caribe en armonía con su riqueza natural.

La cultura nos hace resilientes

La cultura tiene el poder de cambiar positivamente la vida de miles de personas en el Caribe, construir puentes duraderos y superar las barreras del idioma cuando se integra a las estrategias de desarrollo. Al colocar la cultura en el centro del desarrollo sostenible, el Programa Transcultura de la UNESCO, con el apoyo financiero de la Unión Europea, tiene como objetivo aprovechar la diversidad y conectar artistas y profesionales de la cultura de diferentes áreas lingüísticas en Trinidad y Tobago, el Caribe e interregional.

Ahora, más que nunca, la gente necesita cultura. La cultura nos hace resistentes. Nos da esperanza. Nos recuerda que no estamos solos, que somos parte de un lugar más grande en la vida. Es por eso que debemos hacer todo lo posible para apoyar la cultura, salvaguardar nuestro patrimonio y empoderar a los artistas y trabajadores culturales, para que se recuperen de esta crisis y reconstruyan mejor. Todos debemos unirnos para apoyar la cultura en nuestra familia, nuestra comunidad, nuestra ciudad, nuestro condado; de la manera que podamos.

Sobre el Autor

La Dra. Saadia Sánchez-Vegas es Directora y Representante de la Oficina Multipaís para el Caribe de la UNESCO y Oficial a Cargo de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la UNESCO. El artículo fue publicado en el Trinidad Express el 20 de mayo de 2021.