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Reactivación de instalaciones culturales en Cuba. 2008-junio 2012
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En el 2008 Cuba fue especialmente afectada por dos huracanes de gran intensidad en menos de diez días, Gustav e Ike, por lo que a los perjuicios ocasionados por el primero, fundamentalmente en la región occidental, se le sumaron los provocados por el segundo, el cual afectó a todo el país, identificándose los daños más severos en las provincias de Camagüey, Guantánamo, Las Tunas, Holguín, Pinar del Río y el municipio especial de la Isla de la Juventud.
Ante esta situación, el Reino de Noruega, conocedor del valor de la cultura en la isla, propuso a la UNESCO su colaboración, y apoyó con sus fondos al Gobierno de la República de la Cuba para dar respuesta a los daños causados por los huracanes en las instalaciones culturales.
Gracias a la voluntad de las contrapartes, una vez finalizado el proyecto en junio de 2012 numerosas instituciones culturales beneficiadas a lo largo del país han visto recuperadas sus instalaciones, mobiliario y equipamiento. Pero el impacto del proyecto trascendió el espacio físico, suponiendo una revitalización de la vida cultural y recreativa de la población, en la que se reprogramaron las actividades culturales y formativas, y los actores de la comunidad se movilizaron y participaron de todas estas iniciativas y acciones.
En el 2008 Cuba fue especialmente afectada por dos huracanes de gran intensidad en menos de diez días, Gustav e Ike, por lo que a los perjuicios ocasionados por el primero, fundamentalmente en la región occidental, se le sumaron los provocados por el segundo, el cual afectó a todo el país, identificándose los daños más severos en las provincias de Camagüey, Guantánamo, Las Tunas, Holguín, Pinar del Río y el municipio especial de la Isla de la Juventud.
Ante esta situación, el Reino de Noruega, conocedor del valor de la cultura en la isla, propuso a la UNESCO su colaboración, y apoyó con sus fondos al Gobierno de la República de la Cuba para dar respuesta a los daños causados por los huracanes en las instalaciones culturales.
Gracias a la voluntad de las contrapartes, una vez finalizado el proyecto en junio de 2012 numerosas instituciones culturales beneficiadas a lo largo del país han visto recuperadas sus instalaciones, mobiliario y equipamiento. Pero el impacto del proyecto trascendió el espacio físico, suponiendo una revitalización de la vida cultural y recreativa de la población, en la que se reprogramaron las actividades culturales y formativas, y los actores de la comunidad se movilizaron y participaron de todas estas iniciativas y acciones.
En el 2008 Cuba fue especialmente afectada por dos huracanes de gran intensidad en menos de diez días, Gustav e Ike, por lo que a los perjuicios ocasionados por el primero, fundamentalmente en la región occidental, se le sumaron los provocados por el segundo, el cual afectó a todo el país, identificándose los daños más severos en las provincias de Camagüey, Guantánamo, Las Tunas, Holguín, Pinar del Río y el municipio especial de la Isla de la Juventud.
Ante esta situación, el Reino de Noruega, conocedor del valor de la cultura en la isla, propuso a la UNESCO su colaboración, y apoyó con sus fondos al Gobierno de la República de la Cuba para dar respuesta a los daños causados por los huracanes en las instalaciones culturales.
Gracias a la voluntad de las contrapartes, una vez finalizado el proyecto en junio de 2012 numerosas instituciones culturales beneficiadas a lo largo del país han visto recuperadas sus instalaciones, mobiliario y equipamiento. Pero el impacto del proyecto trascendió el espacio físico, suponiendo una revitalización de la vida cultural y recreativa de la población, en la que se reprogramaron las actividades culturales y formativas, y los actores de la comunidad se movilizaron y participaron de todas estas iniciativas y acciones.
En el 2008 Cuba fue especialmente afectada por dos huracanes de gran intensidad en menos de diez días, Gustav e Ike, por lo que a los perjuicios ocasionados por el primero, fundamentalmente en la región occidental, se le sumaron los provocados por el segundo, el cual afectó a todo el país, identificándose los daños más severos en las provincias de Camagüey, Guantánamo, Las Tunas, Holguín, Pinar del Río y el municipio especial de la Isla de la Juventud.
Ante esta situación, el Reino de Noruega, conocedor del valor de la cultura en la isla, propuso a la UNESCO su colaboración, y apoyó con sus fondos al Gobierno de la República de la Cuba para dar respuesta a los daños causados por los huracanes en las instalaciones culturales.
Gracias a la voluntad de las contrapartes, una vez finalizado el proyecto en junio de 2012 numerosas instituciones culturales beneficiadas a lo largo del país han visto recuperadas sus instalaciones, mobiliario y equipamiento. Pero el impacto del proyecto trascendió el espacio físico, suponiendo una revitalización de la vida cultural y recreativa de la población, en la que se reprogramaron las actividades culturales y formativas, y los actores de la comunidad se movilizaron y participaron de todas estas iniciativas y acciones.
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