|
|
La Ruta del Esclavo en Cuba: Primer Plegable Cartográfico publicado en La Habana, Cuba, por la Fundación Fernando Ortiz |
|
|
|
|
|
19 julio 2007/ CUBARTE
La Fundación Fernando Ortiz es una institución cultural cubana de carácter público y civil, no gubernamental, fundada en La Habana el 21 de septiembre de 1994. Bajo la dirección de su presidente, el Doctor Miguel Barnet, ha desarrollado una importante labor divulgadora de la vida y obra del sabio cubano cuyo nombre ostenta: Fernando Ortiz (1881-1969). Entre sus finalidades están la reedición de sus obras y la publicación de textos que amplíen los conocimientos sobre sus ideas, concepciones y acciones. Además, la Fundación contribuye a la difusión del pensamiento contemporáneo cubano y de todo estudio relacionado con la cultura cubana, latinoamericana o caribeña. En tan poco tiempo de creada, la Fundación ha realizado un exitoso programa editorial mediante sus tres colecciones –Fernando Ortiz, La Fuente Viva y Surco- y la publicación de diversos libros que han incursionado en distintas facetas de la creación popular, las ciencias sociales y la cultura en general.
Y entre las publicaciones que difunden facetas y temas de la cultura cubana con un enfoque antropológico y etnológico dadas a conocer por esta institución, tenemos los plegables cartográficos, que se iniciaron con el que lleva por nombre La ruta del esclavo, publicado en 1998.
A partir de una idea original de Miguel Barnet, un colectivo de autores, constituido por los Dres. Juan Antonio Alvarado Ramos, Gabino de la Rosa Corzo, Jesús Guanche Pérez y Sergio Valdés Bernal, se dio a la tarea de la conformación de este sumamente útil plegable dada la importante información en él concentrada sobre el legado subsaharano en nuestra cultura. En esta obra participó como colaboradora la Lic. Martha Esquenazi; las maquetas estuvieron a cargo de los Lics. María del Carmen Molina Álvarez, Elías Oliveros Díaz, Mario Alberto González Prado; las fotos e ilustraciones corrieron a cargo de Mario Alberto González Prado; la redacción cartográfica fue trabajada por la Ing. Odalys Díaz Gutiérrez; como tecnólogo fungió el Lic. Armando Azcue Berard; la realización automatizada la asumió el Ing. Manuel Almirall Gómez, y el diseño lo realizó Humberto Dueñas Barral. La publicación fue realizada por Ediciones GEO en una escala de 1: 4 000 000.
En la portada de este plegable se reproduce el famoso cuadro El cimarrón, debido al pintor vasco asentado en Cuba, Víctor Patricio Landaluze (1828-1889). En la parte superior aparece el nombre de la Fundación y su logotipo, el adyá de plata, nombre yoruba que se aplica a un agogó o campanilla litúrgica cónica con mango curvo, que pertenece a Obatalá [1], así como el logotipo de la UNESCO, institución que financió la doble edición de este plegable, en español e inglés y en francés y español, patrocinadora del proyecto de investigación “La Ruta del Esclavo”, del que Miguel Barnet es el Presidente de su Comité Internacional y Vicepresidente de su Comité Científico.
La contraportada reproduce un cuadro del famoso paisajista francés asentado en Cuba Federico Mialhe (1810-1868), El quitrín, quien además fue por un tiempo director de la reconocida Escuela de Pintura de San Alejandro, en La Habana. Los otros dos cuadros reproducidos en la contraportada pertenecen al ya mencionado Landaluze: Corte de caña y Día de Reyes en La Habana. Con ellos, la Fundación destaca la importancia que tuvo la presencia de esclavos subsaharanos en la Cuba colonial en las esferas de la economía y de la cultura.
El plegable consta de varios mapas. El titulado “Principales manifestaciones religiosas actuales”, realmente se compone de dos mapas, pues nos muestra, cartográficamente hablando, la localización geográfica en Cuba de la práctica de las religiones cubanas de ascendencia subsaharana conocidas como santería [2] y palo monte [3], mientras que el otro mapa ubica regionalmente las religiones conocidas como iyesá [4], vodú [5], arará [6], abakuá [7] y gangá [8]. Estos dos mapas van acompañados de dibujos que representan los juegos de tambores sagrados conocidos como batá [9] , bembé [10] y kuelé [11] . Acompañan a estos mapas dos tablas, una de las cuales registra las “Sociedades de descendientes de africanos por provincias según autodenominaciones” (abakuá, arará, palo monte, tumba francesa [12] y lucumí [13]) y “Cabildos por provincias según autodenominaciones” (arará, carabalí [14], congo [15], iyesá, lucumí).
Esta página del plegable tiene un amplio texto en francés o en inglés –según la edición-, que permite conocer más de cerca el fenómeno de la presencia de esclavos africanos en nuestro suelo y la repercusión que esto tuvo en nuestra cultura, economía, lengua y creencias religiosas. Este extenso texto va acompañado de unas necesarias fotografías que apoyan el contenido de lo expuesto: Casa de vivienda del cafetal “Buenavista”, en Pinar del Río; Ruinas del barracón del cafetal “Angerona”, en La Habana; Ruinas del barracón del Ingenio “Taoro”, en La Habana; Altar dedicado a la Virgen de Regla o Madre de Agua [16], La Habana; Atributos de Changó [17] y Oyá [18], La Habana; y, finalmente, Dibujo de íreme [19] o diablito abakuá, La Habana.
Esta cara del plegable contiene, además, la relación de instituciones dedicadas en Cuba al estudio de la “Ruta del Esclavo” con sus correspondientes direcciones y teléfonos: Fundación Fernando Ortiz, Centro de Antropología, Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana, Instituto de Literatura y Lingüística, Centro de Estudios de la Cultura Cubana “Juan Marinello”, Centro de Estudios del Caribe de Casa de las Américas, Casa de África, Centro Cultural Africano “Fernando Ortiz” y Biblioteca Nacional “José Martí”.
La otra hoja del plegable tiene el mismo texto, pero en español, enriquecido con varias fotos: Torre del ingenio Taoro, La Habana; Ruinas de la casa de vivienda del cafetal “Angerona”, La Habana ; Canastillero [20], La Habana; Nganga [21], La Habana.
Todas las fotos que mencionamos en ambas caras del plegable, enriquecen visualmente el contenido del mismo texto en sus versiones en español, inglés o francés.
Sobre el texto en español aparecen dos mapas: “Principales áreas de procedencia de los africanos introducidos en Cuba. Siglos XVI al XX” y “La huella africana”. El primero, con una escala de 1: 120 000 000, permite visualizar las regiones de donde provinieron los esclavos negros introducidos en Cuba desde África e identificados por las denominaciones de gangá, mandinga [21], mina [22], arará, carabalí, lucumí, congo y macuá [23]. El segundo, recoge información sobre los principales sitios de entrada ilegal de esclavos en Cuba, las plantaciones esclavistas (ingenios azucareros y cafetales: señalados los restaurados y en ruinas), los monumentos erigidos a los esclavos y sus manifestaciones de rebeldía (diferenciados en nacionales y locales), los lugares en que se originaron las principales rebeldías esclavas, así como los palenques y refugios de cimarrones. Por último, en el mapa aparece la ubicación del Museo de la Ruta del Esclavo en Cuba, que radica en Matanzas. Este mapa, a una escala de 1 2 000 000, está complementado con dos tablas. La primera, recoge los acontecimientos significativos de la esclavitud en Cuba, desde la primera entrada de esclavos procedentes de África, en 1523, hasta la abolición de la esclavitud, en 1886. La otra recoge, por jurisdicciones, las plantaciones esclavistas, ingenios azucareros y cafetales en la Cuba de 1862. En esta relación, sobresale la jurisdicción de Cárdenas, con 147 ingenios, seguida por la de Matanzas, con 128, la de Colón, con 126, y la de Sagua la Grande, con 119. Y en cuanto a los cafetales, se destaca la jurisdicción de Guantánamo, con 86, seguida de la de San Antonio de los Baños, con 53, y la de Santiago de Cuba, con 45.
Esta última tabla permite apreciar la gran concentración de esclavos africanos en el occidente cubano, principalmente en el llamado “triángulo de Matanzas-Cárdenas-Colón”, relacionado con el cultivo y cosecha de la caña de azúcar y su procesamiento industrial, mientras que la relación de cafetales permite inferir que Guantánamo y Santiago de Cuba fueron las áreas de mayor producción cafetalera en el oriente cubano debido al asentamiento de franceses y francohaitianos en la región, mientras que en el occidente, se destacó San Antonio de los Baños y alrededores, donde se asentaron franceses procedentes de la Luisiana. Otro aporte de este mapa es que en él aparecen coloreadas las regiones del país según la densidad de la población esclava en 1862, por jurisdicciones.
Felicitamos al colectivo de autores de este maravilloso plegable, pues nos ofrece una amplia, documentada y bien presentada visión científica actualizada respecto de la presencia subsaharana en tierras cubanas.
[1] Obatalá es una deidad andrógena que posee especial importancia en la Regla de Ocha, religión cubana de origen yoruba. Los creyentes afirman que hay 16 Obatalás machos y hembras. Es una deidad justiciera, calmada, bondadosa, reservada. Su dominio son el cielo, la tierra y las cabezas. Simboliza la pureza, la paz y la libertad. Obatalá se sincretiza con Nuestra Señora de las Mercedes y tiene varios caminos, como Odúa (la tierra y el cielo), Oba Moro (se sincretiza con el Santísimo Sacramento), Osanghiriván u Ochagriñán (la idea supema de Dios), Chalafón (se sincretiza con San Manuel), entre otros.
[2] La santería, o más apropiadamente dicho Regla de Ocha, es una religión popular surgida en Cuba durante la época colonial, cuyo sistema de creencias y complejo ritual está basado en la reverencia y adoración de los orichas o deidades del panteón de los yorubas de Nigeria y de Benin, sincretizados, en su mayoría, con santos católicos.
[3] Palo monte o Regla de Palo Monte es una denominación que engloba todas las ramas de la religión cubana en que predomina el elemento lingüístico-cultural de los esclavos introducidos en Cuba desde la lejana región del río Congo, conocidos como bakongos o congos. Sus practicantes son conocidos por paleros debido a que utilizan “palos de monte” (en Cuba, en el habla popular, llaman palo a los arbustos) para sus actividades religiosas atribuyen poderes mágicos y religiosos. Según sus creencias, el espíritu universal tiene la cualidad de materializarse en forma de animal, vegetal, mineral o humana. Las ramas paleras más conocidas son la Mayombe , Briyumba y la Quimbisa, a las que se suma la llamada Muertera, propia del oriente cubano, muy ligada con el vodú de los haitianos.
[4] Iyesá es una variante local de la santería, ubicada en Matanzas. Propios del culto son unos tambores de forma cilíndrica y hechos de troncos de cedro ahuecados a mano, bimembranófonos, de uso ritual, sagrado, como los batás, pues poseen poderes secretos o añá. Esta denominación se deriva del etnónimo iyesá , nombre aplicado a una de las comunidades étnicas de los yorubas.
[5] El vodú es una religión popular de origen haitiano introducida en Cuba por inmigrantes de ese país a finales del siglo XVIII, reforzada por oleadas de inmigrantes en el XIX, y por trabajadores asalariados en el XX. En Cuba es practicada fundamentalmente por descendientes de haitianos. El vodú es el resultado de la amalgama de la religión católica y de varias religiones subsaharanas, con predominio del elemento lingüístico-cultural ewe y fongbe de Benin. Es tanto un culto a los dioses de la naturaleza como a los ancestros. Comprende formas de posesión, adivinación, sacrificios, danzas, música y cantos diferenciados en dos ritos: radá (con mayor predominio de las creencias religiosas de Benin (ewe-fongbe) y Nigeria (yoruba), y petró, donde predominan las originarias del Congo.
[6] En Cuba llaman Regla Arará a una religión procedente de los ewes y fongbes de Adrás, una región de la antigua Dahomey, hoy Benin ( arará es corrupción de Adras ). Aunque el elemento ewe-fongbe es común tanto a la Regla Arará como al vodú, no deben confundirse, pues la primera es cubana, y la segunda haitiana.
[7] La Sociedad Secreta Abakuá es un tipo de asociación religioso-mutualista cubana de origen efik-ibibio, constituida por hombres solos. Este haz de asociaciones religioso-mutualista o potencias fue creada por negros oriundos del Calabar, Nigeria. Realmente, en Cuba constituye una reconstrucción de la sociedad secreta Egbo de los efiks. En el seno de esta agrupación existe la división de las colectividades Efí y Efó , sobre la base de determinadas frases que señalan un principio de iniciación según elementos míticos. Solamente existen en las ciudades de La Habana, Matanzas y Cárdenas.
[8] Como gangás fueron conocidos en Cuba diferentes grupos africanos localizados en Sierra Leona, Liberia y Guinea. “Por tal motivo no es correcto hablar de una tribu gangá, o un sistema de creencias religiosas y músico-danzarias gangá. Lo preciso sería, en Cuba, referirse a una herencia cultural de los cono, kissi, sherbro, etc…, o a una cultura, o a un sistema de creencias religiosas y músico-danzarias de los gangá maní, gangá, konú, gangá kisí, gangá longobá y así sucesivamente” (Alessandr Basso Ortiz, Los gangá en Cuba. La comunidad de Matanzas. Fundación Fernando Ortiz. La Habana. 2005: 66).
[9] Batá o batás, voz de origen yoruba, es el nombre de tres membranófonos de golpe directo con caja de madera en forma clepsídrica o reloj de arena, utilizados para la invocación a las deidades durante los eventos de la santería.
[10] Bembé es el nombre aplicado en toda Cuba para denominar el conjunto de tambores, el baile que reproduce al son de estos, y la fiesta en que participan. Se trata de tres membranófonos de golpe directo, de cajas de madera tubular cilíndrica, abarrilada o cónica, abierta, independiente, y con la membrana clavada en uno de los extremos de la caja de resonancia. Como bembé, por ende, es llamada también una especie de fiesta en que se tocan estos tambores para alegrar a los orichas o dioses venerados por los practicantes de santería o Regla de Ocha.
[11] Los kuelés constituyen una tríada de tambores bimembranófonos, de caja tubular. También son llamados okpelés y batás de Oyó. De indiscutible procedencia yoruba, hoy están en desuso. Los kuelés se utilizaban en celebraciones de cumpleaños de santos y fechas del santoral católico sincretizado con religiones de antecedente africano.
[12] Las Sociedades de Tumba Francesa son agrupaciones creadas por los haitianos y sus descendientes en Cuba, en las que realizan bailes de solistas y de parejas sueltas y enlazadas semejantes a los bailes de figuras y cuadrillas de las danzas, rigodones, lanceros y minués de diversas variantes del siglo XVIII. Tumba francesa es una designación genérica que identifica la fiesta misma, su baile, toque y conjunto instrumental, así como los unimembranófnoos (dos o tres) que integran este último.
[13] Lucumí es un metaetnónimo aplicado a los negros esclavos introducidos en Cuba desde una amplia región del África subsaharana, entre los que predominaron los yorubas.
[14] Carabalí es un metaetnónimo aplicado a los esclavos subsaharanos introducidos en Cuba, fundamentalmente desde Nigeria, Camerún y Guinea Ecuatorial. Entre ellos fueron numerosos los ekois e ibibios del Calabar ( carabalí es corrupción de Calabar ).
[15] Congo es el metaetnónimo identificador de los esclavos introducidos en Cuba principalmente desde Angola, República Popular del Congo y del Congo, mayoritariamente los bakongos.
[16] En el culto de los paleros, Madre de Agua es la diosa dueña del mar y de la entrada de los ríos. Equivale a Yemayá en la santería y a la Virgen de Regla en el culto católico. Simboliza la unidad del mundo, lo que fluye, yla maternidad universal. Su color es el azul, y se simboliza con una serpiente. También se le conoce por Yaya Lango, Kalunga o Juana la Llorona.
[17] En Nigeria, Changó ocupa un lugar cimero entre los orichas del panteón yoruba, por eso no debe sorprender que en Cuba sea una de las deidades más veneradoa por los santeros. Changó fue el más grande alafín de Oyó, el cuarto rey de Oyo; es el mítico rey delos yorubas, padre de la ación y héroe epónimo. Changó es viril, enamorado, jaranero, terco, belicoso y bailarín. Su dominio es el fuego, los rayos, los tambores batá. Sus atributos son el hacha de dos hojas, el atcheré y el pilón. Su receptáculo es la batea, y se le simboliza con la piedra de rayo, que en realidad son hachas de piedra petaloides muy pulidas y en forma de pétalo, que elaboraron los extinguidos aborígenes cubanos agricultores y ceramistas llamados taínos. Sus colores son el rojo y el blanco; se sincretiza con Santa Bárbara. Sus caminos o avatares son Obara, Obakoso (radica en la palma real), Eyeó (el que pelea y echa rayos por la boca), Olótumi (el que vive en la Ceiba ) y Obayo (el más temible de todos los Changó ). El 4 de diciembre se le rinde tributo.
[18] Deidad santera relacionada directamente con la muerte. Oyá es dueña de la centella, del viento, además de ser la portera el cementerio. Protege y cuida a los muertos; es la propia seputurera del recinto. Por eso sus atributos son la guadaña, la pala, el pico, la serpiente, el machete, el rayo y el hacha,entre otros. Oyá es el arco iris, y con esos colores se le representa. Ella es hermana de Yemayá, Ochún y Obbá. Ella es la dueña del cobre. En Nigeria es la dosa del río Níger. Se le representa con un apiedra de cementerio, y su recibiente es una sopera. Se sincretiza con Nuestra Señora de la Candelaria. En su camino o avatar, Obinidaddo, se sincretiza con Santa Teresa de Jesús. Obinidaddo es el brazo derecho de Changó , que causa la muerte en la guerra. El 2 de febrero se le rinde tributos.
[19] Representaciones sobrenaturales de antepasados entre los abakuás. Por influjo del catolicismo, también son llamados “diablitos”. Los íremes no hablan, pues ejecutan una serie de movimientos que tienden a coadyuvar a la realización correcta de cada ceremonia. Son los encargados de ejecutar los bailes rituales pormedio de desplazamientos y gerstos significativos de sus funciones. Por representar las almas de los ancestros que participan en las ceremonias, dan un definido carácter animista a los ritos abakuás. Los íremes, concebidos en Cuba como espíritus, realizan una serie de funciones a partir del origen mítico, funciones que están destinadas a complementar el proceso ritual mediante un conjunto de obonekues , como es llamado cada miembro de una potencia abakuá, preparados convenientemente para desempeñar esos cargos.
[20] Se trata de un mueble en que se colocan los recipientes o soperas que contienen las piedras, caracoles y otros atributos de los siguientes orichas : Obatalá, Yemayá, Ochún, Oyá, Dadá, Obbá y los Ibeyes. Puede ser un escaparate, un armario o un librero, generalmente de una o dos puertas, con tres o cuatro entrepaños interiores. Las otras deidades santeras no se ponen en el canastillero. En el entrepaño superior se coloca a Obatalá, por ser considerada la deidad mayor, adornada con género blanco y algodón. En los otros entrepaños el orden de colección de las soperas varía según el santo que tenga asentado el dueño del canastillero. Cada anaquel del canastillero se forra y adorna con géneros o papeles de color ritual correspondiente a la deidad a que se ha destinado.
[21] El eje de la liturgia de los paleros es la nganga, pues en ella se concentran todos los poderes. Es un espíritu, una fuerza sobrenatural, que radica en su recipiente. Este puede ser una cazuela de barro o un caldero de hierro con tres patas, que contiene tierra de algún cementerio y de alguna encrucijada, palos, yerbas, huesos de animales, entre otras cosas. Todos los mpungus o entidades sobrenaturales están en ella.
[22] Como mandingas fueron llamados en Cuba los negros provenientes de Sierra Leona, Guinea, Liberia, Mali, Costa de Marfil, Senegal, Gambia y Guinea Bissau (conos, bambarás, golas, susus, malinkés, fulbés).
[23] Como minas fueron identificados los akanes, achantis y fantis de Ghana y Liberia.
[24] Bajo el metaetnónimo macua se englobaron los esclavos africanos traídos desde Mozambique, Malawi, Tanzania, Zimbabwe y Sudáfrica, así como los de Madagascar (malgaches).
|
|
Related Link(s): The Slave Route, Cultural Policies |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|