El Foro de Ministros de Cultura y Responsables de Políticas Culturales de América Latina y el Caribe centró sus esfuerzos en la reflexión y el diálogo sobre las políticas culturales de nuestros países, en los últimos diez años y se lograron notables progresos en la definición de objetivos comunes. Este amplio diálogo ha permitido la consolidación del Foro como mecanismo de integración y desarrollo regional en el cual se manifiestan los rasgos comunes, la diversidad e identidad de nuestras poblaciones.

El Foro ha permitido la cristalización sobre la comprensión del papel dominante que juega la cultura en el proceso social y económico. La creatividad presente en la región constituye una enorme ventaja que debe ser promovida y enfatizada. La dimensión cultural ha ganado un reconocimiento en las agendas internacionales de instituciones y organismos de cooperación, al igual que en el ámbito nacional.

Ministros y los responsables de las políticas culturales presentes en el Décimo Foro, reafirmaron la importante relación que existe entre la cultura y otras esferas, tales como la educación, el turismo, el comercio y el desarrollo socioeconómico, temas que han sido anteriormente objeto de seminarios y conferencias regionales.

El Foro reconoce el apoyo significativo ofrecido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), para el establecimiento de una plaza de Secretaria Técnica para asistir en el trabajo del Foro.

Este Décimo Foro ha sido dedicado a reflexionar sobre el tema Cultura y Comercio y al intercambio de ideas y experiencias sobre la globalización y su relación con la identidad cultural y los procesos de desarrollo. En el campo de la cultura, quizás más que en ningún otro, es necesario promover políticas culturales claras que atenúen el evidente impacto de la globalización. Esto conlleva al fortalecimiento de nuestra diversidad cultural.

La globalización presenta un contexto rápidamente cambiante que impone enormes desafíos a la región. El Foro está convencido de que la fuerza para enfrentarse a estos desafíos se hallará en la cultura que nos ha formado, nos define y nos sostendrá. El sustento que nos ha brindado en el pasado, ha sido, sin embargo, más bien un sustento espiritual. Mientras ese siga siendo el caso, tenemos que ubicarnos y comprender el potencial que esa cultura tiene también para nuestro sustento económico.

América Latina y el Caribe, como región, genera una enorme variedad de productos culturales que hacen evidente la riqueza, diversidad e identidad de los países que la conforman.
Es muy necesario que nuestros países coordinen acciones encaminadas a fortalecer las industrias culturales, ampliar los mercados y tratar productos culturales específicos en las negociaciones comerciales de carácter internacional. Los productos culturales son mucho más que una mercancía, por lo tanto requieren atención especial.

El Foro acordó que las industrias culturales necesitan inversiones, como cualquier otra, y que brindándoles el apoyo y la infraestructura necesaria, el sector podrá obtener más credibilidad.

El Foro considera que nuestros principales recursos están en nuestra rica e impresionante cultura que es universalmente reconocida, y en nuestra capacidad para una acción coordinada, reconociendo que unidos somos mucho más competitivos y nos sitúa en mejor posición dentro del mercado internacional con respecto a la promoción de nuestras producciones culturales y artísticas.

El Décimo Foro, por lo tanto, afirma que los enfoques hacia la administración de los recursos culturales y las industrias tienen que reelaborarse para asegurar la supervivencia y el desarrollo de las industrias culturales de América Latina y el Caribe. Estos enfoques presentan serias implicaciones para replantear las bases tradicionales sobre las cuales se han basado nuestras sociedades.

El Décimo Foro aprobó acuerdos para:

1. reafirmar y fortalecer el proceso de integración cultural;

2. plantear aspectos de protección y preservación del patrimonio, especialmente nuestro patrimonio subacuático;

3. promover las culturas de nuestra región,

4. consolidar nuestra capacidad para el desarrollo de industrias culturales sostenibles,

5. desarrollar una posición estratégica en el área de la política comercial cultural de modo que los países individuales puedan ser ayudados en las preparaciones de sus procesos de negociación con los bloques comerciales internacionales y regionales, consolidando y reforzando de esa manera la efectividad de nuestras instituciones para beneficio de nuestros pueblos.