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Mensaje de la Directora General de la UNESCO,
Irina Bokova, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, 25 de noviembre de 2015 |
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De la paz en casa a la paz en el mundo: por una educación segura para todos
FRANÇAIS
La violencia contra la mujer es un obstáculo inmenso para el ejercicio de los derechos humanos fundamentales. Se trata de una amenaza directa para la salud y la vida de millones de mujeres jóvenes y adultas, y es también un grave impedimento para la construcción de unas sociedades inclusivas y sostenibles. La violencia contra la mujer corroe las sociedades desde dentro, instaurando un clima de miedo —a veces incluso en el hogar— que socava la confianza mutua y debilita a toda la sociedad, a hombres y mujeres sin distinción.
Este año, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer hace hincapié en las consecuencias de esta violencia para la educación de las niñas y las mujeres. La educación es un derecho humano innegociable y una condición para el ejercicio pleno de muchos otros derechos fundamentales. Actualmente, demasiadas niñas y mujeres se ven obligadas a abandonar la escuela a causa de los matrimonios precoces o forzados. Una de cada cinco niñas declara sufrir regularmente actos de intimidación en la escuela. En 2015, en todo el mundo, una de cada diez jóvenes de entre 15 y 19 años ha sido alguna vez víctima de violencia sexual, una violencia que, además, se ejerce con demasiada frecuencia en el camino de la escuela o en los centros escolares. La escuela es el lugar por excelencia en el que se adquiere la confianza para realizarse y desarrollarse y, como tal, debe ser un templo de seguridad dedicado al estudio. No podemos tolerar que la escuela sea un lugar de miedo, violencia o acoso.
La educación es también nuestra aliada para hacer frente a la violencia, proteger a las niñas y ayudarlas a protegerse a sí mismas. La UNESCO, junto con sus asociados, se compromete a promover una educación inclusiva y de calidad para todos. Así, en el marco de la Iniciativa de las Naciones Unidas para la Educación de las Niñas, la UNESCO está elaborando herramientas para que los docentes asiáticos puedan luchar contra la discriminación de la mujer y contener la violencia. Con ONU-Mujeres, en particular, formulamos orientaciones normativas para ayudar a los Estados Miembros a poner fin a la violencia de género en el entorno escolar. En Filipinas, el Senegal, Sudáfrica, el Líbano, la Argentina y otros países, colaboramos con los sindicatos de docentes para encontrar soluciones. También se dirige en este sentido la decisión titulada “Aprender sin miedo” que aprobó recientemente el Consejo Ejecutivo de la UNESCO.
Ninguna sociedad puede desarrollarse si la mitad de su población vive con miedo a la violencia y continúa sufriendo prejuicios. Es hora de recordar unos principios muy sencillos: todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos; las mujeres deben ejercer sus libertades y poder adoptar sus propias decisiones, así como participar en las decisiones que determinan el curso de las sociedades, en pie de igualdad con los hombres; deben recibir un salario igual por trabajo de igual valor. Veinte años después de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, cuando las Naciones Unidas acaban de aprobar la nueva agenda mundial para el desarrollo sostenible de aquí a 2030, la igualdad y la autonomía de las mujeres nunca habían revestido tanta urgencia. Este día nos brinda la oportunidad de actuar para hacerlas realidad.
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