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CACAO Y CULTURA
PROYECTO LA RUTA DEL CACAO EN CUBA: SALVAGUARDA Y TRANSMISIÓN
NILSON ACOSTA REYES
El ejercicio de una actividad agro productiva centenaria por una comunidad de individuos, genera rasgos culturales particulares asociados a la misma. La producción de cacao por dos siglos en Baracoa, aportó a la cultura local tanto en su visión material: modelación de un paisaje cultural, presencia de una arquitectura vernácula viva, evidencias de sitios de memoria de la Ruta del Esclavo, ejemplos de un patrimonio industrial único, como en la inmaterial: formas orales de transmisión del conocimiento, desarrollo de un artesanía utilitaria autóctona, elementos de la cocina tradicional, manifestaciones de la música y la danza asociados y presencia de tesoros humanos vivos.
El Paisaje cultural
El municipio abarca actualmente una extensión territorial de 976,6 Kms cuadrado, se ubica en el sistema montañoso Sagua-Baracoa y posee un 95 % de áreas montañosas, con alturas que oscilan entre la cota cero y más de 700 metros sobre el nivel del mar. Predominan los bosques pluvisilvas, los pinares concentrados en las zonas centro y sur así como montes semicaducifolios al este sobre áreas cárcicas.
Su flora y fauna se caracteriza por un alto endemismo, tal es el caso del Almiquí, considerado un animal prehistórico, y de la cocatuna yunquense una palma única de su tipo en el mundo, que crece en el "Yunque", Monumento Nacional con una elevación de 560 metros sobre el nivel del mar y que los habitantes de Baracoa lo eligieran como símbolo de la ciudad. Existe también una gran variedad de moluscos entre los que se destaca la Polymita Picta, con forma de vida terrestre y de gran belleza por su policromía, además, la región es reconocida como la de mayor diversidad de las Antillas.
La red hidrográfica es densa, naciendo la mayoría de sus ríos en el macizo montañoso Sagua-Baracoa, destacándose el Toa, el más caudaloso de Cuba en cuyas Cuchillas se localiza la mayor reserva forestal y acuífera del país. Tiene un régimen de lluvias alto, con un promedio anual de 1 200 mm en la zona costera y 3000 mm en las zonas interiores montañosas, con una temperatura promedio de 23.5 oC y un 86 % de humedad relativa.
En medio de una geografía tan singular se insertan las plantaciones cacaoteras, adaptadas a las ondulaciones topográficas, casi imperceptibles dentro de una vegetación compuesta por árboles maderables y frutales que garantizan la sombra requerida y protegen la humedad de los suelos, requisitos vitales para el buen crecimiento de la planta y su fruto.
La dependencia de las plantaciones de cacao del medio donde se desarrollan, hacen que las mismas sean una de las actividades agro productivas más armónicas con la naturaleza donde se insertan, compatibles con la flora y la fauna autóctona y factible de desarrollar de forma ecológica.
De modo que el mayor aporte paisajístico no está en la conformación de una visual propia, única de la plantación, si no en la continuidad del paisaje, donde no se aprecian cambios sustanciales entre las zonas propiamente naturales y las que son producto de la mano del hombre que en aras de desarrollar la plantación, ha levantado y mantenido. Por lo que el sistema de plantaciones cacaoteras de la zona clasifica como un paisaje evolutivo, toda vez que se mantiene vivo, en constante interacción entre el hombre el medio.
Arquitectura Vernácula
Patrimonio Industrial
Sitios de Memoria de la Ruta del Esclavo
Legado Inmaterial
Artes del espectáculo
Usos sociales, rituales y actos festivos
El cacao en el Arte y la Literatura
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